





Para llegar a saber que en Baleares tenemos unas 1000 especies de polillas, hay mucho trabajo detrás, muchas horas de trabajo de campo y una gran paciencia para la rigurosa identificación.
Quieres saber como lo hacen los científicos para descubrir nuevas especies de polillas? Qué oruga corresponde a cada polilla? Son hembras o machos? Os acercamos el mundo científico que se esconde detrás:
– Se sitúa la trampa de luz en la localidad que queremos estudiar. Primero tendremos que haber mirado las condiciones metereológicas, que no haga mucho viento, ni llueva, etc. La trampa se deja antes de que se ponga el sol, porque a esa hora ya hay muchas polillas que están activas y no nos las queremos perder! Se enciende la bombilla y a esperar!
– Al cabo de unas horas o al día siguiente se va a recoger la trampa de luz. Con cuidado porque muchas veces las polillas se quedan por el suelo, hay que fijarse bien para no pisarlas. Vamos anotando las especies que conocemos en nuestro cuaderno de campo. Las que no conocemos las podemos meter en un tubo de cristal para observarlas con más detenimiento, con un libro por ejemplo.
– Las polillas especiales, difíciles de identificar pasan al laboratorio para poder trabajar con ellas con instrumentos de identificación como la lupa, la colección entomológica, etc. Si la mariposa no se encuentra en nuestra colección nos tocará hacer una sesión de “acupuntura” para incorporarla.
A disposición y bajo el conocimiento del experto, tenemos libros y webs que ayudan a la identificación; y lupas que nos acercan la vista y hacen crecer la polilla a dimensiones que que no hubiéramos imaginado!
Para asegurar la identificación de algunas especies, es necesario extraer los genitales y observarlos al microscopio, como la de la imagen obtenida por Martin Honey, del departamento de Entomología del Museo Británico de Historia Natural.